Tuesday, April 08, 2008

La Floristería. Disminuidos II


Incorporo al blog esta historia de Leona, hablando de las personas disminuidas. Su historia es una historia de amor de las que hacen tener esperanza en el ser humano.






Yo conozco un caso más grande si cabe de las que narras en tu post Los disminuidos


Cuando tenía mi taller de bordados en cierta zona, pasaba a diario ante una floristeria. Siempre estaba una niña de unos 10 años en la puerta, al sol. Pero no jugaba ni corría ni saltaba. Estaba en un carrito, tapada con una manta. Sus manos, inutilizadas, se torcian en una posición imposible. Su mirada perdida, mirando sin ver.


Sus padres, los dueños del negocio, no la dejaban sola un instante. Si la madre atendía clientes, era el padre quien permanecía a su lado y a menudo estaban ambos. Producía ternura ver la solicitud con que la atendian, el cariño y amor que le profesaban.


Un día, una vecina del taller me contó la historia.


Yo ya me había fijado en que la edad de los padres resultaba algo mayor en relación a la de la hija, pero pensé que era la pequeña que llegó tardana. Nada más lejos de eso. La pareja era estéril, nunca tuvieron hijos propios. Aquella niña era adoptada.


Pero... se la entregaron de bebé como sana, normal. La pareja sospechó enseguida que de normalidad nada. Por muy pequeño que sea un bebé, hay cosas que se notan. Fueron a pedir explicaciones. En vano, les juraron y perjuraron que no había ningún problema en absoluto, ¡imaginaciones suyas!


Pero claro, un mes bastó para que un médico confirmase las sospechas. Entonces sí, no tuvieron más remedio que admitirlo. ¡Y les ofrecieron cambiarla! Se negaron. Dijeron que la habían aceptado con mucha ilusión, que era su hija y a pesar del engaño, no la cambiarian.


Maravilloso, ¿verdad?

4 comments:

mercedes saenz said...

Que haya muchos relatos cómo este. Que sean realidad. Un abrazo. Merci

rasputinsky said...

Yo también confío en ello. Le pedí permiso porque es "bello" y "valioso"... y de buenas noticias andamos ayunos. frid

Leona catalana said...

Gracias por tu gentileza, Frid. No necesitas pedirme permiso, pues tus publicaciones son estupendas y me siento orgullosa de que cuentes con mis húmildes palabras.

Efectivamente, esta historia real es una bofetada a los padres que hoy día corren a desprenderse de un feto "sospechoso". No son padres, son egoistas que, si tienen hijos, es solo por vivir una experiencia más de su vacía y vana vida en que "hay que probarlo todo"...

Salud.

Anonymous said...

Leona, ¡qué cerca estamos los humanos cuando somos realmente humanos!

Esa es la revolución más efectiva contra los "hombres grises".

frid