Thursday, February 19, 2009

Esperanza en grises.





Nubes grises de polvo ocultan el sol.

Las farolas intentan remedar su brillo.

Hace calor en la calle y es como fuego negro...
que emana de las paredes de los humanos refugios.

Casas grises, cajones habitables.

El verde añorado luce colgado entre paredes.

Miradas desde pardos visillos hacia el río.

Parduzcas aguas de vida descolorida.

¡Añorando montes!, ¡añorando fluidos cantarinos!



Un milagro, una puerta que se abre.

Un rayo de sol, que logra abrirse paso entre la bruma,
y se recrea en el abrigo rojo de la niña.

Atardecer esperanzado en su sonrisa.

Juegos solitarios en la plaza, juegos envidiados.

Poco a poco, de otras jaulas surgen niños grises,
y rodean el estallido de rojo del vestido.

La muñeca sonrosada de mano en mano pasa.

Sueños, sueños infantiles.
Y en esos sueños sus grises se tiñen de colores.




Mirando están, desde los visillos pardos,
padres grises consumidos por la prisa y el trabajo.

La puerta del milagro se entreabre...
Olores a hierba y a rosales... ¡flores!

Y sus padres llaman a la niña:
¡la merienda está dispuesta y la mesa compartida con hermanos!

Bullicio, alegría que los niños grises miran con envidia.

Los únicos admiran a la benjamina de aquella abarrotada pandilla de chiquillos.

Familia...
¡familia numerosa que en andrajos de colores vive sembrando la alegría!



El sol se oculta, la plateada luna le releva...
Y ambos velan con ternura sobre aquella triste villa.

Día y noche rayos de sol, rayos de luna... avisan...
que la vida es de colores,
que vecina a las colmenas habitadas...
una sierra, unas montañas, un verdor, un olor a hierba fresca... se divisan.

Sin tanta prisa...
¿verdad que un día podrás ir con tu mochila pisando alfombras verdecidas?
o bien manchar las botas con el barro del camino
o contemplar la trucha saltarina...
Y ver mil soles reflejados en el lago, o en el ondear del agua que circula.



Esperanza, esperanza con una brocha de colores
y un minuto, cada día, para zurcir con harapos rojos, verdes o amarillos
las prendas que trasladen el sol del cielo a nuestra vida.

frid

Zaragoza 19/02/2009