Sunday, December 23, 2007

Para Elena y Elena. Un homenaje de Aragón Liberal

nana a una recién nacida...


Contaremos un cuento:

Se adelantó Elena.

Había oído los villancicos detrás del telón. Notaba la alegría y sólo respondía con algún patadón. Cariño sentía pero no podía apenas vislumbrar una lucecita.

Tomó carrerilla porque se dijo la niña... no me pierdo por nada en la vida tanta alegría.

Nacerá el niño Dios y yo quiero, con la edad de ese niño jugar y ser su mejor amiga.

Vino la niña. Alegres los padres, alegre la abuela. Elena pequeña se abrazó a la madre y tiró los bracitos hacia su abuela.

¿Donde esta el niño, por el que yo he venido con tanta premura?

Querida niña, le dice la abuela, un poco pronto viniste, faltan siete días que como siete velas en su honor encendemos. Pero no te preocupes que ya están a la espera el buey y la mula, los pastores y ovejas... y el pueblo entero de Belén se despereza preparando la entrada de la madre de Dios.

Abuela, que mira esa torre, que ahí dentro habita un hombre malo... el rey Herodes.

Inocente mi niña, aquí ese malo no llega, que el mar le separa de nuestra querida tierra.

Aquí sólo el lucero, la Virgen, José, los Reyes, pastores, ovejas y ángeles cantando a ese Niño que tantas ganas tuviste de ver ya nacido.

Y duerme la niña tranquila en brazos de Elena, la abuela.

frid


Tuesday, December 18, 2007

Cuento navideño. "Rumores"


Rumores.

Joseph es el redactor jefe de Jerusalem.Journal. Está preocupado por una serie de signos que no sabe como interpretar. Le llegan noticias a la redacción sobre inquietantes movimientos en el más extremo Oriente. Lo curioso es que no se trata de un golpe de estado ni de la ocupación habitual de medos, persas, babilónicos y demás sátrapas del Bajo Éufrates. No es exactamente el asunto "conflicto", es una gran movilización que algunos magos están promoviendo y que ha provocado una crisis socioeconómica sin precedentes. Los camellos están al alza, y más si son sufridos y capaces de largos viajes. El destino: un secreto. No se sabe muy bien a donde van, ni lo que buscan ni lo que quieren.

Su agente Jacob Ben Tomás habla de extraños movimientos en el cuerno de África, en los reinos de Saba. El más negro de los negros está inquieto y está haciendo demasiadas preguntas. Su poder es tan grande que han enviado emisarios negros como el carbón que van preguntando de casa en casa en Gaza, en Cafarnaún, e incluso en el mismo Jerusalén. No se sabe muy bien a qué viene tanto "descarado" y sin secreto preguntón.

Nuestro bueno de Rubén, que trabaja como escanciador en la peligrosa Corte de Herodes, oye rumores. Se cuece algo y no es marisco. El Tetrarca no pega ojo, no sabe qué está pasando. No sabe, ni siquiera, a quién degollar para quedarse tranquilo. Rubén tiene un primo llamado David que pastorea en Belén y su primo, un visionario, le dice que su pueblo "el más pequeño de los pueblos de Judá" algún día recuperará su esplendor.

El Rey de Roma Augusto, no aguanta el mal humor de su corregente, Tiberio, que ha oído algo a la Sibila de Roma, a la que posteriormente los niños romanos llamarán La Befana. Los espías del Emperador escuchan cómo entre la gente sencilla se está transmitiendo una profecía de la Befana y no saben qué decir al Emperador.

¡Es todo tan complejo!, tan incierto, que nuestro bueno de Joseph, el redactor jefe del Jerusalem.Journal sólo le sale un título de la cabeza: Rumores

Tuesday, December 11, 2007

Cuento navideño. El Belén milagroso.


Cartas y Artículos 11.12.2007. Cuento navideño. El Belén milagroso.


Por: Federico Rodríguez


Este cuento está dedicado a mi cuñada Inma y a sus críos, una pandilla la mar de maja. Y es que "En su Belén pasan cosas extrañas"... como en muchos Belenes "infantiles".


Me cuenta mi cuñada que en su Belén hay mucho movimiento, ahora están ya preparándolo para la Navidad, y es una actividad corporativa. Todos participan, incluso Celia que no se queda atrás a la hora de sugerir de modo, a veces, sólo comprensible por lo que se denomina "sintonía familiar".


Es habitual que se produzca el milagro de San Pedro andando por las aguas del Lago de Galilea, si bien en este caso suele ser el rebaño de ovejas, algún cerdito, un pastor... apacerecen por cierta frecuencia de camino a Belén por la linea más sorprendente posible.


También es normal que se produzca el milagro del fuego. El pescador se reune habitualmente con los pastores, el mismo Herodes, la lavandera y las ovejas charlando alrededor del fuego, y... como es habitual, la caña del pescador cae de lleno en la hogera con su "pez pescado e incombustible".


En otras ocasiones las figuras se encuentran todas apelotonadas en el Castillo de Herodes, con gran sorpresa del personaje. Ahí hay una asamblea sorprendente con camellos, reyes, y demás animales... Lo increíble es la posición privilegiada de los cerdos, que no producen rechazo a las figuras de plástico... que no deben saber que los cerdos no eran bien vistos por los judíos. Pero cómo no poner en el Belén también a los tres cerditos.


Ahí se produce el milagro de un lobo que confraterniza con los cerditos, la bruja con Blancanieves... y todos alrededor del Portal adorando al Niño Jesús.


Un belén muy movido, unos instantes inolvidables en los que los mayores intentan poner un poco de racionalidad a los movimientos de las figuras, o en los que se montan improvisados talleres de reparación: una pata del camello de barro, una cabeza de un soldado herodiano, un aspa del molino... pero todos los años siguen sorprendiéndonos los pequeños milagros que se producen en torno al Belén infantil.


frid

Tuesday, December 04, 2007

Navidad y el árbol que se supo ofrecer.



Por: Federico Rodríguez

Dedicado a "Cuenticos no más" que nos pidió un cuento desde Colombia.


Navidad y el árbol que se supo ofrecer.

Dedicado a Cuenticos no más.

Te daré un cuento desde el blog de medio ambiente.

Normalmente los árboles navideños acaban su vida pocos días después de las fiestas, incluso si se plantan con cepellón, el calor de las calefacciones (en donde es invierno en Navidad), la confinación en el espacio cerrado, los cuidados inexpertos... hacen que languidezcan. Si bien, cuando el árbol contempla todos los días el Belén, los niños con la ilusión del regalo de Navidad o Reyes, las luces de la casa, la alegría navideña y los villancicos, suele pensar que su final es una ofrenda también agradable al Niño Dios.

Eso no obsta para que el Niño, desde el Pesebre, amante del hombre, de todos los seres vivos de la tierra y del mundo creado por su padre Dios, no tenga un poco de pena y anote el nombre del árbol para luego anotarlo en el cielo y replantarlo en la nube de árboles que sirvieron a Dios.





Poco a poco, los hombres hemos interpretado esa pequeña chispa de tristeza en el Niño Dios y hemos empezado a sustituir los árboles de verdad por los de plástico o papel, que -con la técnica actual- no desdicen en la apariencia. ¡si parecen de verdad!, pero eso está atareando un poco más a los ángeles.

Como ya no hay apenas árboles inmolados en los hogares ante el Belén, los bosques de la tierra se han congregado y han decidido que cada año los ángeles del cielo les visiten y pongan una estrella en lo alto del árbol que mejor se ha portado durante el año. Unos dieron cobijo al caminante en días de lluvia, otros sembraron con multitud de arbolitos su entorno después de un duro incendio, otros se dejaron talar para hacer muebles, para generar un espacio de cortafuego, otros se compincharon con los níscalos para la alegría de los recolectores ... cada mérito es analizado y al final del año, el 25 de enero, un ángel custodio del bosque coloca una estrella orientada hacia Belén.

Ese día las estrellas brillan en la tierra. Bajan desde el Cielo nocturno para iluminar el camino del Portal.

Espero este año ser el árbol agraciado.

frid

Sunday, November 25, 2007

Día internacional en positivo. Día internacional de la familia unida.

Dedicado a La Colmena.

Día internacional en positivo. Día internacional de la familia unida.




Va siendo hora de considerar los días internacionales sin lucha. No se puede identificar todos los días un enemigo. Lo más normal es que te encuentres en la calle a gente que te quiere, o para la que eres indiferente. Si llueve no es fácil que los conductores vayan adrede a por los charcos para regar al peatón que espera en el paso de cebra o del semáforo. Es la rueda la que sigue su cauce y se empeña en salpicarnos.

Los conductores de autobuses no es que se empeñen en no abrirnos la puerta cuando hemos llegado tarde a la parada. Ellos cumplen unas reglas que les han dado en la empresa. Y algunos, si quien espera suplicante es una moza guapetona, bien que abren. Y a veces abren enternecidos a chavales que van a la escuela.

Si las relaciones humanas no son mejores es porque tenemos llenos los bolsillos de prisa y no queremos vaciarlos. Y, ciertamente, cuando uno se despoja de un buen puñado de ese material llega a más y con mejor humor.

Los conserjes, los peluqueros, los quiosqueros, en cuanto les saludas dos o tres veces... muestran normalmente su cara amable. Se cae la careta de la prisa y revierte la cara de la humanidad.

Los días en positivo deberían de prosperar. Podríamos celebrar el día del vecino... y proponernos saludarle, saber algo de él, sonreirle, esperarle en el ascensor para subir juntos, llevar la bolsa de la compra de la abuela que vive en el quinto. Sorpresa: sonríen, son humanos y te quieren.

Podríamos celebrar el día de la familia unida y dedicarnos a disfrutar de los que tenemos a nuestro lado todos los días, a preguntar a los hijos sobre las tareas del colegio, a jugar con ellos con la play... a fundir un día la televisión, camino inevitable para comprobar que sin tele la convivencia es mejor.

Podríamos celebrar el día del compañero de trabajo y ese día dedicar diez minutos a interesarnos si está bien, qué tal le ha ido el fin de semana, cómo le ha ido a su equipo... y se caerá otra careta.

Porque resulta que todos nos protegemos con la pintura de la prisa y no vemos mas que caretas, cuando la mayoría de las personas tienen un gran corazón y, con cariño, pueden ser tus mejores amigos. Estaban ahí pero eran invisibles.

Por eso sugiero esos y otros días internacionales en positivo. ¿Es acaso tan difícil ser feliz y regar el mundo de felicidad?

Donde no hay amor, siembra amor y recogerás amor. Y es verdad.

frid

Sunday, January 21, 2007

Homenaje a mi sombrero.

Hace unos días encontré en la casa de mi hermana un viejo sombrero que había sido de mi padre. Hicimos un trato, parecía razonable que yo lo usase. Así recuerdo y honro a mis mayores y, también, así puedo vibrar con conocimiento de causa en los relatos de Chesterton, en las cazas interminables de sombreros volanderos.



Cuentan que en un pueblo del bajo Aragón, un indiano del que desciende nuestro director de cine, Saura, tenía un viejo sombrero. Un día de viento se lo llevó el aire, él se agachó y cambió el viento, volviéndole a su cabeza. Una lugareña exclamó: ¡vaya con el Saura, no pierde ni el sombrero!

Las luchas contra el viento en la caza del sombrero son, para Chesterton, parte del folclore inglés y dignos competidores de la caza del zorro. Y es que es algo noble que “no puede paliarse con el poco deportivo gesto de recoger el sombrero ajeno”; la pelea debe ser leal: uno contra su propio sombrero.

Y ese sombrero chestertoniano es la corona del rey que cada uno lleva dentro. Y en eso hay algo anarquista en el pensamiento de nuestro simpático personaje ¿o no? Creo que lo que late es la seguridad de que uno es muy importante. Dios se relaciona con cada uno sin intermediario, y eso el rey no lo hace con cualquiera.

Decía un amigo en boca de un político: “todos sabemos que al que más amamos es a nosotros mismos”; lo que es evidente en un político que supone que el bien común empieza primero por su bolsillo. También decía: “no hay tema más interesante que uno mismo”.

Pero cuando ese yo mismo habla con Dios es todo menos egoísta. Es entonces cuando el rey coronado con su sombrero se da cuenta de que está para regir el mundo, o regir su parcela. Tiene una encomienda exclusiva que es la que le permite llevar sombrero, es única y él es el único e insustituible Pepe en la familia de Lolita. Lo que él o ella no hagan no lo hará nadie.

Ya no es tanto el hablar de uno mismo, el recoger el propio sombrero, es algo más serio: es hacer la “misión en exclusiva”, “llevar la carga que no llevará otro”, es ser ese Hombre que Dios quiere por sí mismo.



Pero dejemos estos pensamientos. Hace viento y debo correr tras mi sombrero. ¡y que no me lo coja nadie, que no es deportivo recogerle a otro su sombrero!

frid