Wednesday, May 07, 2008

Dar gracias ¡por todo!



A modo de meditación:


Ser un hombre feliz no es ser un idiota que a todo sonríe... porque no se da cuenta. La realidad tiene cruz, tiene dolor... es dura, pero cambió cuando vimos con asombro los pies de Dios que pisaban nuestra misma senda.


Andaba la humanidad muy angustiada, buscaba salvadores y se impuso un Tirano, un César que exigía para sí el culto divino. Y luego pan, circo y miseria. No podía satisfacer al hombre ese vivir como "cliente" del poderoso. Los hombres estaban aprendiendo a vivir "como los dioses", sí con la misma conducta licenciosa del Olimpo clásico. No eran felices.

Los pueblos subyugados vivían carcomiendo sus cadenas sin poderse soltar de ellas. Eran carne de esclavo, de tributo, de injusticia. No ser "romano" era ser un ciudadano de segunda, si bien... cuanto más lejos más seguro, incluso, que el ciudadano de Roma.

Tanto dolor y... de pronto... unos pasos que retumbaban en su silencio. Un andar voluntario hacia el Calvario... una madre dolorosa sostenida por su Amor acompañando ese reguero de sangre que ascendía.

Eso dio sentido al dolor. La puerta del Cielo se abrió de par en par y en especial para los más humildes de la tierra. Y comenzaron los hombres a poder, con sentido, dar gracias a Dios por su misericordia.

Una acción de gracias compatible con el bregar diario para hacer más justa la vida de los hombres, con el intento de salvar todas las vidas injustamente amenazadas, con el esfuerzo de hacer oír cada día la verdad de lo que ocurre y para desenmascarar las mentiras.

El mundo ha cambiado. Los hombres se empeñan en no cambiar. Ahora el que sufre no lo hace solo... camina ese camino de Redención que es el Calvario. Y el que se alegra se alegra también con el sano rumor de la fiesta, del vino que corre y que antes era agua, de los niños que se acercan al Dios hecho hombre.

Lo que nos parece que tiene sentido... ¡gracias porque lo entiendo!.... los desvaríos humanos, lo injusto que sufrimos... no doy gracias por el mal que hay detrás, pero sí por el bien que, en el Calvario, se ha logrado.

Incluso el dolor y la muerte se le han arrebatado al diablo. Hoy tienen sentido, son la muerte de la semilla para dar después un nuevo trigo... el del cristiano.

frid

2 comments:

Anonymous said...

Realmente es una bella reflexión la que haces en este escrito. Resulta casi asombroso encontrar algo de este estilo en un blog, pero me gusta.

El dolor es el camino hacia la verdadera felicidad. Lástima que el hombre de hoy no lo entienda y por el contrario rechace esta verdad. Mientras no lo aceptemos, la humanidad seguirá en picada hacia su destrucción.

Es tan "simple", sólo tenemos que poner en práctica aquello que nos enseñó Aquel que recorrío por nosotros el camino del calvario y que como muestra de su Amor, dio su vida para abrirnos las puertas del cielo.

mercedes saenz said...

Escribidor volviste Caminos y con todo. Tema duro el del dolor, parece que la vida se sintiera más cuándo se queda pegado. Muy buen escrito Caminos, un abrazo. Mercedes