Saturday, March 15, 2008

En otra Galaxia (5). Serpientes de colores.


Serpientes de colores.

Cuentan los que la han visto... que la Ciudad del Relativismo se alza en una colina, toda ella de mármol blanco, reflejando los rayos del sol con múltiples matices de colores. Deslumbrante y grandiosa... parece como si estuviese arañando al cielo con sus torres alargadas, esbeltas, altísimas y rematadas en cúpulas de oro y plata.

Su acceso es a través de una escalera de ligera pendiente, si bien también hay otros modos más modernos pero menos impresionantes. La escalera está llena de balconadas, miradores y bancos de descanso para contemplar la selva grandiosa de vegetación que se alza a sus pies... Un bosque aparentemente tropical de todo tipo de árboles, y de fieras lo habitan.

Los que se han acercado a la ciudad siempre se han quedado extasiados de la primera vista... maravilloso espectáculo de luz y poderío. Sin embargo los nativos de los bosques la huyen y procuran no acercarse a las sendas, caminos, autopistas que surgen de la ciudad del relativismo. Cuentan extrañas leyendas que sobrecogen y hacen que pensar.

Cuentan que todas las noches salen de las murallas de la ciudad multitud de serpientes de colores que tienen la extraña propiedad de tomar la forma de lo que uno más desea en la tierra... salvo que eso que desee sea espiritual, no pueden acceder a ese tipo de deseos. Son cambiantes, adivinadoras de deseos... y todo lo que ofrecen dicen que en la Ciudad elevada está en abundancia. Lo que es claro que los que han entrado en la ciudad no han vuelto nunca... salvo raras excepciones.

Los que vuelven parecen alocados. Cuentan que lo que parecen mármoles blancos son calaveras humanas de seres de todas las edades, que los cimientos de la ciudad están llenos de esos restos humanos, que la primera apariencia es otra porque se ha pasado el pulido y se ha reciclado el material...pero que poco a poco esa verdad se muestra meridiana.

Ahí no hay ni enfermos, ni ancianos, ni disminuidos. Todos están en edad de producir, con una salud envidiable, pero unos ojos que dan que pensar. Ahí ya han superado la procreación tipo "animal".

Por eso de buscar la perfección, tipo Esparta, se da culto al cuerpo, a su salud, los juegos deportivos son con los cuerpos aceitosos y desnudos y los mayores, que no ancianos, valoran la fortaleza y habilidades de los jóvenes que son apartados a distintas funciones.

Unos pocos son destinados a la reproducción y entran en la fábrica de ciudadanos. Los demás son esterilizados si bien todo está ahí permitido pero sin riesgo de descomposición de la especie. Y cuando llegan a una enfermedad incurable o a la ancianidad entran a la "casa de reposo" de la que no vuelven a retornar.

De vez en cuando traen de la "selva" algún individuo sano y joven que es envidado directamente a la sala de reproducción, para incentivar la mejora genética... y no sale casi nunca de la fábrica de ciudadanos, no así los individuos elegidos de la ciudad que pasan después a ocupar altos cargos en la dirección del Estado.

La disciplina es espartana. Y la libertad es sacrificada en el proyecto común de la construcción del super-hombre, habiéndose logrado magníficos ejemplares que a los ciento veinte años todavía se mantienen en una facultades físicas y mentales apreciables.

Ahora están experimentando, en la fábrica de ciudadanos, en la regeneración de órganos, pero eso sólo se hace con los resultados deficientes de la fábrica, con los ciudadanos que han acabado dañados porque les ha aparecido la enfermedad denominada "conciencia" o los salvajes que son atraídos a través de las serpientes de colores al interior de la ciudad.

Y me dirás ¿cómo es que a veces se escapa alguien? Unos son elementos aislados de la ciudad del relativismo que saben disimular su enfermedad llamada conciencia y se descubre demasiado tarde. Otros son salvajes que "reeducados" tuvieron la oportunidad de ser ciudadanos (ya que de vez en cuando hay salvajes sin conciencia entre los engatusados que entusiasman a los gobernadores de la ciudad) pero que han entrado en otra enfermedad, la del "remordimiento" y han decidido retornar al salvajismo.

De verdad que es una "ciudad saludable"... sin enfermos, sin preocupaciones familiares, sin agobios por el futuro, el alimento y el trabajo. Sólo fue preciso hacer el pequeño sacrificio de entregar la libertad... todo lo demás te está permitido, menos dudar del sistema y plantearte que algo está mal.

Y me lo cuenta un salvaje que estuvo y que logró escapar. Pero también me cuentan que las serpientes de colores siguen engatusando a mucha, mucha gente que se aparta de la selva ansiando mansiones blancas de mármol brillando al sol

frid

2 comments:

Anonymous said...

De Leona:

Se te ha olvidado mencionar, Frid, a los que luchan entre las sombras. A los que habitan en la selva y realizan incursiones nocturnas a la ciudad de las calaveras. A los que no les importa irrumpir en ella a cara descubierta y señalar las horrendas manipulaciones perpetradas.
Son pocos, pero con constancia y perseveración, consiguen que otros les sigan en su empeño.
Unos son de natural arriesgado y brincan riendo entre los zombies, son los que realizan incursiones. Otros, más calmados, hablan desde el amparo de la selva, repitiendo la verdad, mostrando a quien quiera ver y sea capaz de ello, lo que ocurre realmente en la Ciudad del Relativismo.

Sabemos que la Rebelión aún no está madura. Creímos que ya lo teníamos, a tenor de las aberraciones ocurridas en la Ciudad del Relativismo, pero no hay líder. Nadie ha sido capaz de deshacer el maleficio que pesa sobre los zombies. Tal vez porque su voluntad es la de ser esclavos.

Esperaremos a que surja un legendario Espartaco, capaz de arrancar vendas de los ojos y dirigir la Rebelión hasta acabar con la ciudad de las calaveras.

Anonymous said...

La batalla comenzó en el principio de los tiempos.Una derrota primera "Adán y Eva" y una "promesa primera"... La Virgen María y su Hijo. Y siguió otra derrota "Caín" mató a Abel... pero siguió la promesa en otro hijo de Adán... y así es la vida... derrotas y "la promesa sigue"... con victorias. Abel triunfó, también triunfó la madre de los Macabeos, Cristo en la cruz... Gandhi en sus ayunos... la Madre Teresa en su entrega... Juan Pablo II en su vivir con intensidad hasta el final predicando el Amor... Y así es la vida.

Yo me apunto al bando de los "Héroes" o de los "juglares de Dios"