Sunday, June 01, 2008

El señor de la Marca (iv) Babel y la lengua romance.


Llegamos al Burgo en día de mercado. Han bajado de las aldeas vecinas. Bullicio, se ven de todas las razas y lenguas... las transacciones no se detienen. La lengua no lo impide. Entre números, gestos y palabras en habla romance hay sintonía.

Quizá no se impida el engaño como aquel que intenta pasar un podenco viejo por un caballo válido para las labores del campo... pero no es en ese caso la lengua el problema. El engaño y la trampa pueden usar tu propia lengua para engatusar tus oídos. Es importante decir "aquello que quieres oír", que "alaguen tu inteligencia" y tu "sabiduría":... y así, en un pedestal, preparan la caída mortal. "Este sabio sabe que el caballo es valioso, una ganga que se va a llevar".

Gillermo, experto en caballos, no puede aguantar tanta mentira. Se arma un revuelo y el mentiroso es castigado por el alcaide de la plaza del mercado popular, y arrojado fuera de la Villa entre burlas de chiquillos e insultos del vulgo engañado.

La lengua permite entenderse. Más tarde será el "castellano"... hoy es la lengua "romance" que todos se esfuerzan en conocer con suficiente soltura para romper la barrera que produce el babel de las lenguas.

Guillermo sabe que en cuanto más incultura, cuando el dialecto es más estrecho y cerrado... las fronteras del pueblo se acortan. Las salidas del valle se hacen inciertas. Las gentes quedan más indefensas.

Es curioso, ¿cómo puede haber gentes tan malas que quieran que no se conozca con soltura la lengua castellana? Aldeanos... eso son, piensa Guillermo. Gentes que quieren fijar a la gente a la tierra para controlar y dominar las personas. Buscan exaltar diferencias y encender los odios a los que hablan otros idiomas.

Eso pasa con los invasores de todos los tiempos. Extraños en tierra extraña. Al final la aldea se queda pequeña y necesitan nuevas conquistas. Hordas de odio con idiomas y culturas que no dialogan, que excluyen, que excitan las diferencias.

Pero en la tierra castellana que cabalga Guillermo, camino a la Corte del Rey, en mercados, en Burgos y Aldeas, todos... en gran armonía, entienden la lengua romance, si bien entre ellos los árabes, judíos, campesinos de las montañas, tengan su jerga local.


frid

1 comment:

BELMAR said...

tienes miles de blogs!!!!!