Monday, November 17, 2008

Otra sensibilidad (II) El enfado


Hielo, témpano de hielo... en el que las palabras chocan y no penetran salvo que, como "crampones", entren clavándose para fijar la pisada resbaladiza.

Todo duele, todo se toma a mal... no hay remedio. La dureza y terquedad del niño aparecen en el hombre maduro. Se ha dejado llevar por el sentimiento y su orgullo, su Yo, se siente pisoteado.

A su alrededor los familiares y amigos están asombrados, con guantes de seda intentan reconducir el corazón herido. Alguno piensa que los témpanos ajenos se los ha clavado en el corazón al grito "me estáis haciendo daño", "no hay derecho", "me siento ofendido"... y, de verdad que era un asunto pequeño.

Suena a berrinche infantil: "no como", "no respiro"... y su hielo penetra poco a poco en los corazones de familiares y amigos. Ellos sufren en el sufrimiento ajeno. ¿Calor para deshelar el témpano?

¿Quién sufre con el enfado del amigo? ¿No puede considerar que un pronto es comprensible, pero su permanencia aisla el corazón de los que antes le amaban y eran amados? Rigidez frente al enemigo puede que valga, pero ¿a qué viene ese cambio de actitud ante los que siempre le han querido?

El adolescente piensa de modo trágico ante los defectos de sus padres. El enfado, el hielo duradero, es actitud adolescente, es tragedia que hiere a los que amas.

¿Comprender al que te ha ofendido? Cristo en la cruz sintió el abandono de sus amigos pero aún así su corazón amante estaba pronto para el perdón.

Los amigos se desenfadan con el bálsamo del perdón y, entonces, no ha pasado nada. Mejor dicho, la amistad ha madurado, el hielo se ha derretido y los corazones vuelven a restañar heridas que no deberían haberse producido.

¿Debilidad saber perdonar? No, perdonar acumula amistades, que son las riquezas que atesoran los corazones humanos.

frid

3 comments:

mercedes saenz said...

Muy bueno Frid. Voy a comentar uno por uno pero estoy leyendo unos dias después de que los publicaste. El tema es importantísimo porque es el que prepara para el perdón. Los falencias humanas que más cuesta arriba hacen en el alma son para mi el odio y la indiferencia. El enfado poco ayuda para una de ellas. El tema está muy bien planteado desde la óptica del niño y el adulto. Un abrazo virtual Caminos. Mercedes

Berenice said...

Hola Frid.
Me gustó tu post.

Saber perdonar es Amar.
Es la consigna de los fuertes.

Un beso.

Gloria

frid said...

Gracias, Gloria.