Saturday, October 11, 2008

La armó Santiago, o fué María?


Estimado sobrino:

Hoy te voy a contar un cuento muy especial. Como sabes mañana, toda la familia, vestidos con traje regional iremos a la Virgen, a la Virgen del Pilar, a ofrecerle nuestro afecto, nuestra vida entera, y como signo unas rosas rojas le vamos a llevar.

Sabrás que todo comenzó cuando un tal Santiago, amigo de Jesús, después discípulo,antes pescador y algo tosco, vino a nuestra tierra a predicar a los habitantes de la ribera del Ebro que ese Jesús nos quería con locura, dio por nosotros la vida, resucitó al tercer día y era además el Hijo de Dios.

Nosotros en aquella época estábamos bajo la dominación romana, o más bien, éramos romanos de verdad, teníamos nuestros dioses, nuestros espectáculos, y vivíamos tranquilos algo lejos del poder de la loca ciudad Imperial.

No estábamos para novedades, y no queríamos cambiar nuestra cómoda forma de vida aunque eso significase para muchos esclavitud, para otros indefensión y para los más pudientes el miedo a ser llamados a la Corte Imperial para surtir al Emperador los productos de la tierra o la diversión de un instante con miedo de caer en desgracia y acabar en la arena con los leones u otras fieras feroces, si no te mandaban suicidar.

Roma era grande, pero era infeliz. Y lo que predicaba Santiago era tan hermoso que no podía ser verdad: todos iguales, hijos de Dios.

Nos pusimos tercos salvo unos pocos, dicen que doce.

Desesperado Santiago iba a dejarnos, cuando nuestra Madre la Virgen, que estimaba la nobleza del Apóstol, se vino a Zaragoza en carne mortal, trayendo los ángeles con Ella un auténtico pilar.

Hoy ya se ve que Zaragoza sin ella no es lo mismo, que la tenemos incorporada en nuestras venas, que la sentimos en el corazón en forma de canción jotera, que la miramos, así pequeñica, y no podemos dejarla de mirar.

Mira, sobrino, que tus padres, hermanos y tíos estamos de fiesta muy grande, porque hoy celebramos a nuestra mamá.

frid

2 comments:

mercedes saenz said...

Que suerte que volviste Caminos y tan luego con este escrito. Es una preciosura. Santiago y la Madre en cualquiera de sus apariciones. Una belleza y un placer. Se acerca en la Argentina el día de la madre. No le doy demasiada importancia a los días estipulados, pues creo que tratándose de madres, de todos los días se trata. Pero me sube una linda emoción. Gracias Frid, me gustó mucho. Un abrazo. Mercedes

Anonymous said...

Gracias, Mercedes... de vez en cuando abro la escotilla y salgo a la superficie. Prometo hablar de "socavones" y otros eventos. Lo digo porque están de moda... y además sobrevivo a mi aficción a las setas (sin envenenare aún)

frid