Friday, July 14, 2006

Un coche y una furgoneta. Flechazo.

Historia de un coche ligón:
Cuento


Ellos se vieron al saludar a la Virgen, pero no se dieron importancia, eran uno más entre todos los zaragozanos que bajaban al Pilar.

En el aparcamiento la furgoneta azul dio marcha atrás y golpeó el Audi rojo del chaval.

Salieron los dos a papelear. Intercambiaron direcciones y teléfonos para arreglar los papeles del seguro.

Mientras el coche y la furgoneta se pusieron a cuchichear, debieron de gustarse de verdad.

Ella en casa despotricaba diciendo que había tenido una colisión con un bobo.

El a los amigos: las chicas no saben conducir.

Acabaron los papeles y, parecía que la cosa no iba a más.

Coche y furgoneta se encontraron, y el Audi guiñó un faro, se movió solo e hizo un ligero arañazo a la furgoneta.

Volvieron a salir, retomaron los teléfonos y se dijeron que no necesitaban intermediario, que eso lo iban a arreglar juntos en el seguro.

Ella en casa: ese chaval es algo bobalicón, pero mira, en otras cosas parece majico.

El a los amigos: menuda moza, es la segunda vez que nos topamos. No quiero ni verla. Bueno, hemos quedado mañana para hablar del seguro. Se va a enterar.

En ese momento el Audi levantó bien los faros asombrado ¿qué estoy haciendo mal?

Ella se puso elegante, él incluso se peinó algo. Pensaban: de esta, est@ se entera. ¿pensaban?

El asunto parece que requería cafés, cafés, cafés, cervezas, cines, paseos, visitas al Pilar.

Realmente era difícil resolver los papeles de la colisión, tan suave, entre Audi y furgoneta.

Ella en casa: mamá, ese mozo es ingeniero y sabe un montón, pero no entiende nada de seguros.

El a los amigos: algo me pasa, que no acabo de explicarme bien, y eso que parece espabilada.

Ya de ahí no pasó mucho tiempo. Audi y furgoneta orgullosos se miraban.

Pocos años después, salían de la furgoneta con un cochecito, alrededor algún que otro pequeñajo, iban al Pilar, pero en esta ocasión los que chocaban eran los enanos que querían montarse también en el coche del, por ahora, rey de la casa.

Y resulta que ella siempre había entendido. Y él ahora sabía que a veces ser ingeniero no es lo más importante. Que un ignorante a tiempo tiene más suerte que un sabio pedante.

Y la madre ya lo esperaba; y los amigos siempre se sonreían diciendo que "lo habían cazado".

Pero los que lo sabían de antes eran el Audi rojo y la Furgoneta azul que sintieron un flechazo al verse cercanos en el mismo parquing.

Frid

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